sábado, 14 de abril de 2012

Una tarde espléndida en Plasenzuela

Durante estos días de Semana Santa hemos intentado aprovechar el tiempo al máximo en Cáceres, en buena compañía como siempre, aunque Fran, entre que está en proceso de recuperación y sus nuevos compromisos familiares no ha podido dedicarse a esto de la fotografía. La primavera no está como debiera a estas alturas, aunque ya se empiezan a notar las últimas lluvias caídas y los bichillos empiezan a desperezarse poco a poco. Hay proyectos que no han salido pese a las muchas horas de hides (que se lo digan a Moncho), otros sin embargo tuvieron más suerte (Sebas, Gil...), pero esto es lo que es. 
Dos de las tardes más entretenidas las pasé, una con Sebastián Molano y la otra con José Mª Sanz en el fantástico comedero-bebedero que el primero tiene en Plasenzuela y que es uno de los rincones que más satisfacciones me aporta cuando tengo la oportunidad de disfrutarlo. Este año, además, ha sido especial, un auténtico deleite, por la generosidad de picogordos, verderones, verdecillos y rabilargos, sobre todo los dos primeros. Era una auténtica algarabía la que montaban con sus peleas contínuas y las cebas de machos a hembras. Fueron innumerables las veces que se lanzaron a tumba abierta al comedero-bebedero, desde la encina cercana, a devorar las pipas, de modo que apenas había un momento de reposo para las baterías de la cámara. Casi 32 Gb de fotos. Cuelgo una muestra de las que hice de picogordo, la auténtica estrella de la película.


Picogordo. (Coccothraustes coccothraustes). Canon 7D 300mm 2.8 1.4x 

















lunes, 2 de abril de 2012

¡¡ Cuánto tarda la avutarda.....!!

Este fin de semana lo he pasado en Extremadura, lugar a donde acudo desde tierras salmantinas siempre que puedo y donde están mis compañeros de fatigas (pocas, ya que a pesar de los días menos buenos, sarna con gusto no pica y disfrutamos de otras cosas) y disfrutes (todos) en esto del pajareo y la fotografía. En esta ocasión, casi doce horas de chozohide no sirvieron para que los machos y hembras de avutardas se dignasen pasar cerca del mismo.
Como en el poema de Gloria Fuertes "La abubilla y la avutarda", que tanto leíamos a nuestros 2 hijos cuando pequeños, una pareja de abubillas, que se me posó al lado de mi chozo, parecían decir: ¡¡cuánto tarda la avutarda....!!. Y tanto que tardaron . A mi ni se me acercaron. Al otro compañero de día, solo a las 9 de la noche, a punto de ir a la cama.
Bueno pues aquí cuelgo alguna de las fotos que les pude hacer a estas anunciantes de la primavera. Las 4 primeras son de ese día, la 5ª es del día siguiente mientras esperábamos a unos comensales que tampoco llegaron y la última de un caluroso día del mes de agosto pasado.

Dedico esta entrada a mi querida Elvira, por su generosidad en las ausencias y tantas cosas, y a mis dos hijos Diego y Mario por los momentos robados


La abubilla y la avutarda,
dos aves de carne blanda,
se citan en una orilla.
-¡Cuánto tarda la avutarda!
-dice la abubilla.
-¿Se habrá perdido
en la estepa zamorana?
¿Se habrá comido una rana?
Aquí no hay vegetación,
ni matorrales,
ni hierba,
se ve bien a cuatro leguas
y no la veo por el aire,
no la veo por aquí.
-¡Cuánto tarda la avutarda!
-¿La habrá cogido un labriego?
- No espero más . ¡Hasta luego!

Gloria Fuertes



Abubilla (Upupa epops) Canon 7D 300mm 2.8 1.4x