Y parece que no soy el único. Solo hay que recorrer las webs, blogs y demás para ver cómo se lo pasa la gente con estas joyas turquesas. Es imposible tenerles a tiro y no sucumbir a la tentación de ponerte la red encima, aceptar sus posaderos naturales, o decorar la escena a gusto de cada cual, seleccionando posaderos distintos, fondos distintos....Seguro que se dará un recorrido por cada uno de ellos sin problemas, tal es su versatilidad. Como variado es el material que porta en el pico: insectos que flotan en el agua, larvas, peces, cangrejos, ranas....Algo que me ha llamado la atención siempre es lo pobre de su canto, ese gritito estridente que en nada va acorde a su espectacular colorido. Aunque este año no había tenido oportunidad de dedicarles tiempo, y solo conseguí alguna foto ocasional de un ejemplar que acudía a primera hora y se posaba apenas unos segundos, camino de aguas mejores, la semana pasada tuvimos José Mª y yo la oportunidad de disfrutar de lo lindo.
Martín Pescador ( Alcedo atthis)
Canon 7D 300 mm 2.8 con/sin 1.4x Red de camuflaje