La garcilla del Paraíso

Aunque no la única protagonista, es la auténtica estrella de este inigualable lugar, que tantas satisfacciones me proporciona cada vez que tengo ocasión de disfrutarlo. Unos días con más actividad, otros con menos intensidad, pero  nunca me defrauda. Este mes de agosto, he tenido la oportunidad de ir en 4 ocasiones, alguna de ellas acompañado de buenos amigos y salvo la garza imperial, que este año está tardando en acudir al escenario que tan acertadamente han diseñado los colegas de la zona, han participado en las jornadas varios ejemplares de garcilla cangrejera, inmaduros de martinete, martín pescador, garza real, gallinetas, avetorillos y en una de las ocasiones, en compañía de José María, un calamón que nos hizo disfrutar de lo lindo. 

Pese a todo.....

............la colonia de primillas está en plena efervescencia. Los pollos están a un par de semanas de comenzar sus primeros vuelos y los adultos no cesan en su ir y venir con las cebas, ajenos de alguna manera al trasiego que supone que los agricultores que se mueven por la alquería, estén ya preparando la maquinaria para cosechar el cereal. Otro año más, esta pareja ha vuelto a utilizar este nido, el único que queda en la fachada de la casa (los otros los tapiaron el año pasado y este es el único que queda, probablemente porque los lugareños pensaron que ese agujero era tan pequeño que no daba lugar a la cría. Ver como se retuerce el macho en la fotografía para poder salir del nido tras una de las cebas). Hay varias decenas de parejas que usan las oquedades bajo teja de algunas de las construcciones cuyo tejado  queda aún sin remodelar con metal. Es un auténtico deleite ver como evoluciona la colonia desde que llegaron allá a primeros del mes de abril. 

Canon 7D    Canon 300mm 2.8     con/sin 1.4x, desde el coche, con red de camuflaje

Carroñeros de estío

De este verano. 

Ahora, atravieso un periodo de sequía fotográfica, salvo el grulleo del mes pasado con hidephotoEXTREMADURA, motivado por mis quehaceres profesionales que me tienen embarcado en varios proyectos que me impiden salir de pajareo lo que quisiera. Eso sí, esporádicamente salgo un ratillo, alguna tarde, generalmente acompañado por mi amigo José María, con  el objetivo de seguir a un elanio y a su pronta pareja, espero, a los que llevamos controlando una temporadilla y que prometen darnos muchas satisfacciones si conseguimos consolidar el asunto, que no es fácil. Mientras tanto, y en ratos libres, reviso lo conseguido este verano pasado en los hides para carroñada que tuve ocasión de disfrutar en Cáceres. Cualquiera que haya presenciado, tan cerca como permiten los hides con cristal espía, la llegada de cuervos, milanos, buitres negros, leonados y alimoches al festín no podrá olvidar, seguro, la experiencia. En una de ellas tuve la suerte de convencer a mi hijo Mario y a Elvira para que me acompañaran en el disfrute. Y vaya si mereció la pena el madrugón y la espera. Aquí os muestro solo parte de los protagonistas que nos hicieron disfrutar de lo lindo cuando se decidieron a bajar, ya
avanzada la mañana.

Canon 7D      300mm 2.8  con/sin 1,4x    Hide con cristal espía  Compañía inmejorable

Grullas, dehesa, encinas, bellotas

Estos días previos a Reyes he tenido la suerte de poder disfrutar, por fin, de unos días de pajareo, casi monográficos, en Cáceres. He tenido una sesión de vuelos de buitres en Monfragüe, que siempre es una experiencia estupenda y 3 sesiones de grulleo que, por fin y después de muchos intentos previos fallidos estos años atrás, han dado sus frutos gracias al hide que hidephotoEXTREMADURA tiene colocado en un entorno precioso de una dehesa cercana a Cáceres. La primera jornada, junto a Fran Rojo, con el que tuve la inmensa suerte de observar cómo comen bellotas, beben en la charca, se bañan, acondicionan su plumaje, estiran sus alas y patas, pelean......La segunda con mi amigo de Salamanca José Mª, quien, a pesar del madrugón, alucinó con la experiencia. Y la última junto a Manolo Montero (el rey de las ginetas) y de nuevo Fran. Ya de vuelta en Salamanca, solo veo la ocasión de volverlas a disfrutar, al menos una vez más, antes de que partan a pasar la primavera y verano a las tierras del Norte. Las fotos son de los 3 días.

Canon 7D  300mm 2.8 con/sin 1,4x

En vuelo, mientras trompetea por encima de las encinas

Bebiendo y acondicionando su plumaje en la orilla de la charca

Vigilando el baño del pollo

Un ejemplar adulto

Un inmaduro de este año

Un adulto con el preciado tesoro de la dehesa

Un adulto y un inmaduro de este año en busca de qué llevarse a la boca

Un adulto bebiendo para facilitar el paso de las bellotas por el gaznate

y por último, una panorámica del espectacular entorno que se divisa desde el hide que, con cristal espía , nos permite disfrutar de la escena como si estuviéramos en primera fila. Una pasada

Garza imperial, este verano

Estas fotos son del día más agradecido de los tres que pude ir este verano a este delicioso sitio, cerca de Mérida (si  conseguimos abstraernos del ruido que  genera el intenso tráfico pesado que soporta la carretera colindante). Siempre disfruto en este lugar, desde que llegamos sin luz alguna, casi a tientas, viendo como, poco a poco, se va iluminando el escenario y empiezan a aparecer paulatinamente los protagonistas de la escena: gallinetas, algún ánade, el martín que silbando se posa justo detrás de los hides, el calamón y su pollada, casi siempre a lo lejos, algún avetorillo, martinetes, garza real (este año la cangrejera, por lo menos a mí, me ha dado esquinazo) y la verdadera reina de lugar. Esta garza imperial, que se acerca a pescar desde el posadero que tan bien le han colocado algunos amigos y desde el que nos ofrece algunos espectaculares lances de pesca que aprovechamos para dar rienda suelta a la ráfaga de la cámara. Está muy muy caro conseguir asiento en este lugar. Las entradas se agotan enseguida y ni en la reventa te ofrecen posibilidades. 

Garza imperial. Ardea purpurea. Canon 7D 300mm 2.8 con/sin 1,4x, silla-hide y madrugón

 

Rascón de verano

Estas son algunas de las fotos que pude sacar una mañana de Domingo de este mes de agosto en el embalse, lleno de pescadores, que, afortunadamente y debido a la poca agua que tiene, han tenido que irse alejando de la zona de espadañas por donde se mueven a sus anchas estos auténticos rayos. Ya a primera hora (antes de las 7:00), sin luz casi, salieron y pasaron apenas a un metro por delante de donde estaba tumbado, solo con la red por encima. Luego pasaron un adulto y un inmaduro 5-6 veces más, ya con luz más que aceptable hasta las 10:30 en que levanté el campamento. Fueron 4 horas de tumbing, sin apenas poder mioverme pues estaba solo con la red por encima. A pesar de lo duro de la disciplina, y de la edad, sin secuelas afortunadamente

Rascón europeo  (Rallus aquaticus) Canon 7D   300mm 2.8   colchoneta, red de camuflaje

Martinete

Pues es un sitio público, afortunadamente. A pesar de su localización junto a un puente y una carretera con denso tráfico pesado, me sigue pareciendo un lugar MÁGICO. Lo podemos disfrutar solo ocasionalmente los que vivimos lejos, con los obligados madrugones, dado lo solicitado del lugar y lo limitado de su disponibilidad ( este verano, uno de los días, hemos llegado a las 6:15 de la mañana desde Cáceres, a 50 minutos de coche, y nos hemos tenido que dar la vuelta pues 2 buenos amigos ya estaban allí. Seguro que cenaron y durmieron en el hide para lograr la pole). Este otro día, con la compañía de Sebastían pasé una mañana estupenda. A primera hora llegaron este adulto e inmaduro de martinete, que apenas me permitieron disparar 3 fotos. Iluminado el fondo y con el protagonista en sombra todavía, en primer plano. No es la iluminación ideal pero, de todos modos, satisfecho con lograr tener a esta especie que hasta ahora me había sido esquiva.