Este verano pasé 2 momentos muy especiales en el bebedero de Sebastían Molano, uno con él y Fran y el otro con mi hijo Mario que disfrutó con los carboneros, herrerillos,picogordos, rabilargos y demás (lástima que los mitos no entraron el segundo día), pero ya habrá una tercera mejor (si el jefe lo permite).
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